martes, agosto 23, 2005

La noche de la nostalgia

Aunque me tilden de hipercriticón, de antisocial, de rebelde sin causa, de lo que quieran… tengo que expresar lo que siento: odio “La noche de la nostalgia”. Nunca entendí esa fiesta impuesta por los dueños de locales nocturnos para poder sacarle jugo a la víspera del aniversario de la Declaratoria de la Independencia, tan impuesta como el Día del Niño, que antes era el 6 de Enero, día que realmente representaba algo, y ahora es el Domingo de Agosto que le convenga a los comerciantes de juguetes para aumentar sus alicaídas ventas.

Probablemente, en otra oportunidad pueda trascender el ejemplo que constituye el tema de este escrito y referirme a las incontables imposiciones que padecemos como integrantes de esta sociedad posmoderna, y los problemas que de ellas se derivan.

Sin embargo, desde ya aclaro que no es esa mi intención en este artículo. Acá lo que quiero es presentar, fundamentar y comentar mi posición acerca de la noche de mañana, compartida por algunos y criticada por otros. Además, intentaré esbozar un plan para MI nostalgia, que puede ser tomado por los lectores siempre que citen a la fuente

Antes que nada, conviene dejar en claro en qué consiste “La noche de la nostalgia”. Se trata de una fiesta nocturna, recientemente reconocida a nivel parlamentario, en la que la gente se reúne a bailar, tomar y fundamentalmente deleitarse con música de épocas pasadas, sobre todo de las décadas del 60, 70 y 80. Esta última característica es la que distingue a la noche del 24 de Agosto del resto de las del año: es la nota que justifica el nombre de la celebración; en ella radica la “nostalgia”.

Precisada la definición, voy a exponer los motivos que me llevan a cuestionar la válidez de “La Noche de la nostalgia” como tal.

En primer lugar, parece ridículo que gente de 15 a 30 años inunde los boliches, pubs, bailes y demás antros del país entero, pagando precios exorbitantes tanto por la entrada como por las consumiciones, para recordar con nostalgia algo que no vivió. Es irrisoria la idea de un purrete de 17 años departiendo con su novia de 18 acerca de las bondades musicales de una época, como los años 70, de la que no formaron parte, en la que ni siquiera existían como espermatozoides, en la que sus padres ni soñaban con ellos. A ver si con esta dramatización les queda más claro.

Noche del 24 de Agosto, fiesta en una chacra de Canelones

Yonatan (nacido en 1988)_ Vo Yesi, qué nivel, qué fiesta, me hace acordar a las bailantas del Sudamérica, a los tiempos de Karibe con K… te acordás qué pibe que era el “Fata”? Y el Yesti Prieto? No hacían playback en aquella época, tampoco se tenían el pelo como ahora, qué tiempos.

Yesica (nacida en 1987)_ Pah Yona, la verdá que sí, menos mal que los genios empresarios de la noche uruguaya inventaron “La noche de la nostalgia”, porque si no la inventaban nunca íbamo a poder recordar estas cosas… Tenés razón Yona.

En segundo lugar, por qué el 24 de Agosto? Qué tiene que ver esta fecha con la nostalgia? Nada, absolutamente nada. Si realmente la idea de los inventores de esta patética fiesta fuera recordar tiempos pasados, hubieran elegido un día más significativo, a saber: el del debut de Palito Ortega, el del nacimiento de Freddy Mercury, el de la despedida de los Bee Gees, el del primer baile de Abel Duarte, el del último disco de Donald o Sergio Denis… en fin, una fecha que verdaderamente sea nostálgica, digna de recordar, no un 24 de Agosto porque al día siguiente es feriado. Esa fecha solamente se justifica por razones económicas, comerciales, no por motivos vinculados a la nostalgia. Tampoco tolero que me vengan con que se recuerda lo sucedido en 1825 en la Piedra Alta, porque no puede caber en la cabeza de nadie que aquellos valientes orientales hubieran deseado ser recordados escuchando Roxette.

En tercer lugar, por qué hay que salir? Acaso no es igualmente nostálgico escuchar siete horas seguidas a Henry Mullins en 90.3 Oldies FM en una Spica tirado en el sillón de mi casa, ahorrando tiempo y dinero? La respuesta a esta última pregunta, en la visión de los defensores de “La noche de la nostalgia”, es un claro y contundente no. Al parecer, en los tiempos que corren, la única forma de ser nostálgico que está permitida y bien vista socialmente es bailar amuchado entre quinientas personas, de las cuales el 80% no tiene la más puta idea de lo que dicen las canciones que están escuchando, el 90% no era nacido cuando las canciones eran populares, el 95% no pega dos pasos de baile seguidos y el 98% son unos crotos. El restante 2% lo conforman los que curran con este negoción que es la nostalgia, otrora sentimiento humano de los más nobles, hoy reducida a una mercancía más de la vorágine capitalista.

Finalmente, y para no quedarme en la crítica, voy a elaborar un programa para MI nostalgia, que puede ser llevado a cabo cualquier día del año y a cualquier hora.

Nostalgia, al menos para mí (uruguayo nacido en 1985 con muy poco camino recorrido) se asocia indisolublemente con la década del 90. En ese tiempo viví mi infancia. Yo solo puedo tener nostalgia de eso, no de la música ochentosa. Es así que varios aspectos del glorioso último decenio no pueden ni deben faltar en la nostalgia de una persona que está al borde de cumplir 20 años. En otros términos, según mi visión, no puede haber nostalgia si faltan algunas de estas actividades: tomar Vascolet (después de la escuela), comer canicas y Tico Tico (de Pernigotti), alfajores Qué Rico, jugar al fútbol (en la vereda y con los amigos en partidos hasta 30 goles), al Richar (a tres toques), al Juego de la botella (para poder darle un pico a una compañerita de clase), al Juego de la copa (a ver si es verdad que la copa se mueve sola o algún boludo la mueve), al Conejo, al Cuatro, a la Escondida (intentando pasar la piedra y no recibirla para no quedarla y llegado el caso hacer la famosa pica por todos los compa), al Ring raje, al Metro, al 25 (cabeza vale diez y chilena veinticinco, llegar a la prenda y meter un buen paredón o puente chino), al Cuarto oscuro, al Veo veo, al Serio, a la Guerra de Agua (preferentemente contra los vecinos más odiados), al Robamontón, al Atari, al Family Game (con el adaptador para Nintendo), al Nintendo, al Super Nintendo, al Sega, al Pacman, al Tetris, al Goal, al Goal Two, al Super Mario World, a todos los FIFA Soccer (hasta el 99), al Francia 98, a Carmen San Diego (para ver cómo salía el ladrón de adentro de la vasija y ponían esa musiquita inolvidable), al Mete Pata (en lo posible sin quebrarte los tobillos), al PC Fútbol, al Need for speed 2, mirar Supercampeones (y practicar el tiro de remate, el del tigre o las acrobacias de los Hermanos Korioto), los Osos Gummies (soñando con alguna vez encontrar una planta de gomivalla), el Pato Darwin (en lo posible tarareando la canción en la presentación del programa), Mac Pato, Capitán Planeta (lamentándote porque al representante de Sudamérica lo llaman Corazón), los dibujitos de los fantasmas en Canal 5, Charoná y Torúmbulo, Cúpido motorizado, los Power Rangers, Johnny Quest, las Aventuras de Tin Tin, el tándem de la risa con La niñera y Los tuyos y los míos, Jugate conmigo, Requetedivertidos, Cacho Bochinche, Horacio y Gabriela, Nubeluz, Jugo de Colores, las películas cuasi porno de Cine Continuado en Canal 4 (en las que siempre actúa Shannon Tweed), fútbol inglés en Canal 5 con relatos de Enrique Hananía, el Calcio en el 10 con Carlitos Muñoz, Qué Apostamos? con Ramonchu García y la Obregón, El Juego de la Oca con Emilio Aragón, Xuxa (dándole besos a los discapacitados), escuchar al Lobizón del Oeste (y su hit de Marta soy el número 1, continuado en un segundo disco por La arañita de Martita, canción pocas veces recordada que dice en su estribillo “Guarda que te agarra, mira que te pica, la arañita de Martita”), aquel cassette del Cuarteto de Nos que todas las madres odiaban (incluye el Putón del barrio, Zitarrosa en el Cielo y Me agarré el pitito con el cierre, tres clásicos), leer Los Piratas del Atlántico Sur, Los Fantasmas de la Escuela (e ir al teatro a ver la obra), la Guía para la vida de Bart Simpson, las innumerables Revistas Charoná… y una larga lista de etcéteras.

Después de esto, qué me van a venir a hablar a mí de “La noche de la nostalgia”…

lunes, agosto 08, 2005

¿Para cuándo el protagónico? (1)

Una imagen vale más que mil palabras.


(1) Para más información, ver el artículo "Fracasados si los hay" (del 1º de Julio) numeral 3º

La Naranja Mecánica


Esta foto es de la selección de Holanda que deslumbró al planeta fútbol en la Copa del Mundo de Alemania en 1974.

Según mi viejo, el mejor equipo de la historia del deporte más popular del planeta, con el mejor jugador europeo de todos los tiempos: Johann Cruyff.

Lo que me contó mi padre se confirma en el PlayStation... con este verdadero Dream Team le rompo el culo torneo tras torneo a todos mis rivales en el Pro Evolution Soccer 4.

Mis respetos a Cruyff, Neeskens, Rep, Resenbrink y compañía.

El mejor barrio de Montevideo


Para toda la gilada que habla y habla sin tener la más pálida idea de lo que dice.

Dedicado a todos los amigos, vecinos y personajes con los que compartí y comparto la experiencia única de vivir en este barrio.

En humilde homenaje a todos los que hicieron y hacen de nuestro barrio, el mejor de Montevideo.

A las generaciones futuras, que con enorme orgullo levantarán el estandarte del barrio y su gente, manteniendo viva una tradición de siglos.

Salud Glorioso Brazo Oriental, tu pueblo te saluda.

domingo, agosto 07, 2005

Diva

El título de este artículo hace referencia a la posición que la polifacética Moria Casán ha alcanzado en su carrera artística. Moria es una diva. Esto acarrea diversas consecuencias, siendo la más notable de ellas la condición de "intocable" que adquiere quien es ubicada en la categoría de diva, es decir, no puede emitirse juicio crítico alguno respecto de todo lo que haga o deje de hacer una diva.
Ejercitando el natural derecho de sana rebeldía del que me considero legítimo titular, me permitiré la licencia de burlar la impunidad que rodea la figura de la madre de Sofía Gala Castglioni para juzgar su actuación en la serie Doble Vida, transmitida en nuestro país (una provincia más de la hermana República Argentina en lo que a pantalla chica se refiere) por Canal 12, la señal de la calle Enriqueta Compte y Riquet, que en una ofensa a los televidentes que nos preciamos de tener al menos un gramo de materia gris en nuestro cráneo, últimamente se autodenomina "La Tele", imitando lo hecho por Canal 13 de Buenos Aires a fines de la década del 90.
Opinar acerca de la labor actoral de Moria en Doble Vida es algo a lo que me resistí desde siempre, porque me ubico entre las filas de quienes consideramos justa y merecida la situación en la que se encuentra la diva en la actualidad, y la defendemos a ultranza, contra viento y marea, aún en momentos en que nos encontramos más solos que votante colorado en La Teja.
El tema es que de Lunes a Jueves a partir de las once y cuarto de la noche, después del payaso de Martín Sarthou en el informativo nocturno, cada participación de la Casán en el programa me empujaba más y más hacia una postura crítica, inexorablemente destinada a quebrar la impunidad. Lo de Moria en Doble Vida es muy fuerte. No soy Jackie Rodríguez Stratta ni mucho menos, pero años de espectador me habilitan a reflexionar, desde mi lugar de televidente, sobre sus intervenciones en el programa, comparando su tarea con la de sus colegas e incluso las suyas propias, para arribar a la conclusión de que el trabajo de la ex de Vadalá es paupérrimo, bochornoso, lamentable, deplorable, triste, intolerable y sencillamente inexplicable. A continuación daré las razones que me llevan a sostener lo enunciado líneas atrás.
En primer lugar, y de acuerdo con los datos proporcionados por el Instituto Pladiano de Estadísticas Televisivas, de cada diez frases de Moria, nueve y media empiezan o terminan con lo siguiente: (voz agudisíma) "Yo soy la Gran Sabrina Soler, la más puta entre las putas, y vos sos Darío, el hijo de puta, el hijo de la gran puta"
En segundo lugar, ya van como veinte capítulos y todavía no mostró las tetas. Esta constatación de la realidad puede ser apreciada como positiva por parte de la audiencia, pero estoy seguro que la mayoría del público concordará conmigo en ver este hecho como una catastrófica falta de respeto.
En tercer lugar, como dueña de un boliche donde pululan bailarinas eróticas y prostitutas, y más aún como experiente personaje de toda la vida de la noche porteña, el personaje que encarna Moria hace rato tendría que haber tomado conciencia del enorme potencial que tiene Carolina Ardohain para trabajar en su staff, no precisamente como Secretaria. Como dijo un plancha amigo, "que se dege de cuento y ponga en bola a la Panpita muñaño, que mande a lavurar de Hasistente a la anoresica de la Bioleta esa pelao, la ermana de la Lurde vite?, que tiene meno carne que sabe lo que?, que el azado del Pepe, muclaquinson". La claridad conceptual de mi amigo me exime de comentario alguno.
Finalmente, es insoportable como le habla a su hijo. Cualquier ser humano sin problemas de dicción le diría "Darío", pero cuando Moria se dirige a su único descendiente le dice "Darí í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í í o". El corresponsal de Zanganeidades en la vecina orilla contactó a uno de los guionistas de Doble Vida y, mediante la infalible táctica de contar un chiste polatiano con la finalidad de lograr que el interlocutor se retire indignado del lugar y así encontrarse solo en el domicilio de la víctima del chascarrillo, nuestro colega pudo acceder a los libros del programa, rescatando los parlamentos que pronunciará Moria en futuras participaciones. A continuación, los más hilarantes:
1. Darío_ Mamá, como está de gente el lugar?
Sabrina_ El lugar no está lleno Dar í í í í í í o, pero tampoco está vací í í í í í o.
2. Darío_ Mamá, ese terreno está ocupado?
Sabrina_ No Darí í í í í o, ese terreno es bald í í í í í o.
3. Darío_ Mamá, este par de medias es tuyo?
Sabrina_ No Darí í í í í o, eso no es mí í í í í o.
4. Darío_ Mamá, hace calor afuera?
Sabrina_ No Darí í í í í o, hace frí í í í í o.
5. Darío_ Mamá, hoy no tengo donde dormir, qué hago?
Sabrina_ Darí í í í í o, quedate a dormir en lo de tu tí í í í í o.
6. Darío_ Mamá, voy a cagar a piñazos a Mauro, que le quiere dar a Emma
Sabrina_ No Darí í í í í o, eso es para lí í í í í o.
7. Darío_ Mamá, qué le ofrendaban los griegos al Dios Dionisio en las ceremonias?
Sabrina_ El sacificio de macho cabrí í í í í o Darí í í í í o.
8. Darío_ Mamá, qué es el Paraná?
Sabrina_ Es un rí í í í í o Darí í í í í o.
9. Darío_ Mamá, cómo hacen los pajaritos?
Sabrina_ Pí í í í í o pí í í í í o Darí í í í í o, pí í í í í o pí í í í í o.

lunes, agosto 01, 2005

Cuando sea grande quiero ser como él

Desde estas páginas he criticado, en reiteradas oportunidades, a diversos integrantes de la farándula local. En momentos marcados por la cartesiana duda radical, llegué incluso a cuestionar la propia existencia de la misma, esgrimiendo argumentos del más diverso tipo, que no vienen al caso en este artículo.

Más allá de si corresponde o no hablar de “farándula uruguaya”, a los efectos de este trabajo responderé afirmativamente ante la mencionada disyuntiva, para poder homenajear, reverenciar, saludar, idolatrar, dedicar una loa y, por qué no, entronizar a quien es, sin lugar a dudas, el personaje más probo y de conducta intachable en la televisión nacional.

Me refiero al hombre que, al pasear su innegable condición de empedernido galán maduro y referente indiscutido para las generaciones más jóvenes por los estudios del Canal que otrora vio brillar a grandes de la pantalla chica como Alejandro Camino, no hace más que provocar en los televidentes el sentimiento de profunda admiración hacia su persona.

El lector atento ya habrá descubierto el nombre del showman cuya trayectoria intento humildemente homenajear con estas líneas, pero de todas formas me siento impelido, por considerarme discípulo de este gran hombre y mejor persona, a revelar su nombre.

Antes de comunicar al incauto lector la identidad de quien es un guía, un mentor para tantos y tantos televidentes, me pongo de pie frente a mi escrito que, demás está decirlo, descansa empapado en lágrimas que brotan de mis ojos casi tan rápido (pero nunca de igual manera) como la creatividad y el virtuosismo emanan de este inigualable ser.

Sí señor, sí señora; me estoy refiriendo a Jorge “Cesaro” Bazzano.

Desde su lugar de panelista del bizarro programa Adán y Eva, el popular “Bazza” demuestra tener más cancha que el Maracaná y el Morumbí juntos, derrochando calle en cada palabra que emite, transpirando boliche con cada intervención que realiza parado detrás de su atrio y al lado de Franklin Rodríguez, el metrosexual más famoso del ambiente teatral, de acuerdo con la sagaz e irrefutable visión del Señor Off.

Su ingreso al “plató del programa”, como denominaba al estudio televisivo el inefable conductor del ciclo español ¿Qué apostamos?, Ramonchu García, es acompañado de incesantes aplausos, a los que Jorge contesta como sólo los grandes saben hacerlo: llevando su puño cerrado al corazón un par de veces, señalando a sus fieles seguidores en retribución por lo que le hemos brindado durante todos estos años, para luego fundirse con nosotros en un imaginario abrazo del que todo el país debería ser parte. Nadie puede poner en tela de juicio la hombría de bien de Bazzano, su eterna devoción a los fans, demostrada cotidianamente en actos como los que acaban de ser narrados.

Durante el desarrollo de Adán y Eva, el injustamente apodado “Cesaro” destaca por sus peleas con una de las crotas de mayor permanencia en el Canal de Lorenzo Carnelli 1234, Graciela Rodríguez. Es innecesario decir que esta triste payasa jamás ha podido contrarrestar los fundamentos de las opiniones de nuestro gurú, ni siquiera con la ayuda de la brasileña ¿? Gabriela Cardozo (respecto del origen macaco de esta total desconocida participante del programa, hay doctrinos de gran autoridad que afirman que el mismo es falso, situando su real lugar de nacimiento en la encrucijada de las calles Julián Laguna y Carlos María Ramírez, a escasas cuadras de la cancha de Liverpool, en el popular barrio montevideano de Belvedere. Al parecer, Gabriela fue fruto de la decisión del cuidacoches de la zona, que aquella tarde cobró sus servicios en “especies” a una cliente muy parecida, de acuerdo con la versión de testigos presenciales de los hechos, a José Luis Gozalo, el representante del finado cantante cuartetero cordobés, Rodrigo Bueno).

El protagonismo de quien a esta altura debería ser galardonado con el más alto honor de parte de las autoridades del gobierno nacional no se circunscribe a las hilarantes discusiones con sus colegas del panel de enfrente. Su intercambio de acusaciones con el invitado Jorge Carlos Piñeyrua en uno de los tantos excelentes programas que arrojó Adán y Eva, también quedó grabado a fuego en mi memoria. Ante la acusación proferida por el popular “Piñe” de que su homónimo “cerraba todos los boliches de la ciudad”, proveyendo de dinero a quien lo necesitara bajo el pretexto de que “si es por guita no hay problema”, Bazzano contestó con una exquisita mezcla de la calidad de Pedro Catalino Pedrucci y la firmeza de Heber Silva Cantera, sentenciando: “Nada más lejos de la verdad”. Sin palabras. Genio. Figura. Maestro.

Jorge “Cesaro” Bazzano es una de las pocas personas que me hacen sentir orgulloso de ser uruguayo. Vaya para él este merecido homenaje.