miércoles, abril 16, 2008

¡Qué la inocencia te valga!


"Lo que me mueve es el odio a la puta oligarquía". Luis D'Elía dixit.


Esta y otras declaraciones altisonantes del piquetero argentino generan cierta simpatía en algunas cabecitas sensatas de la orilla oriental del río más ancho.

Una vez más, la histórica máxima de Yanuzzi es de gran utilidad: No se coman la pastilla. A la inmensa mayoría de la gente con por lo menos dos dedos de frente nos cae mal la oligarquía... pero también nos cae mal D'Elía. Terminan siendo la misma mierda con distinto olor. Para mí es una obviedad, pero aclarando dijo el gaucho echándole agua a la leche, porque en los últimos días (y para mi asombro) varios tipos que respeto manifestaron estar de acuerdo con los dichos y acciones del ex funcionario kirchnerista.

Que los sectores ultraconservadores de la derecha argentina ("la puta oligarquía" argenta, pilar fundamental de la dictadura de Videla & Cia.) sean repugnantes no justicia la intolerante violencia contra la gente que fue a la Plaza de Mayo con sus cacerolas a protestar contra las mal aplicadas retenciones del gobierno de Cristina (no todos oligarcas, por cierto), sencillamente porque la violencia intolerante debe ser condenada en todas sus formas, venga de quien venga. Del proceso cívico-militar en los 70 o de los piqueteros ahora.

Por suerte, en Uruguay esto se entiende casi con unanimidad. Por un lado, los que perpetraron el nefasto coup d'état del 73 ("la puta oligarquía" yorugua, pilar fundamental de la dictadura del Goyo & Cia.) cargan con la pesada mochila de la condena social (y recientemente judicial) promovida por organizaciones pacíficas cuya actuación se enmarca dentro de la ley. Por otro lado, quienes se oponen al gobierno no son tildados de golpistas ni disuadidos por la fuerza por grupos parapoliciales oficialistas. Ojalá esto se mantenga.