jueves, noviembre 23, 2006

Sobre la grandeza

El armenio ramplense haciendo de las suyas una vez más...


Recientemente ante una sucesión de dos tandas publicitarias una encricijada existencial se incrustó en mi dialéctica autodidacta. Tan solo la publicidad de Gasalla de Ta-Ta seguida por la de Feyvi con esa chica a la cual no podemos dejar de mirarle los ojos,me llevó a esta pregunta ¿Cómo llegamos hasta este punto? ¿Dónde están los valores que nuestros padres cultivaron? ¿Acasó se lo comió todo la madlita pasta base (el flagelo de la sociedad)?



Paso a explicar: durante mi adolescencia pocos recuerdos televisivos me han quedado tan gravados como los programas de Gasalla y el glorioso Debate Abierto(hablando de cosas relativamente maduras, excluyendo dibujitos y cine para adultos -sáb. 21. hs. por el cuatro, el gran canal). No recuerdo mi fiesta de cumpleaños a los 12 o 13 pero sí a Toyos levantando la mano para interrumpir a Vierci y su tan auténtica pronunciación de la "ll" (léase elie) como unos championes que tuve marca "Pumma" (sí con dos emes).Por otro lado creí ver en Gasalla lo más próximo a un digno sucesor del inefable Alberto Olmedo (ya sé las críticas que vendrán por esto, pero es mi verdad... y con ella ... no ofendo ni temo).



O sea, los tenía como grandes, tipos que tienen el privilegio de tener un espacio en mi memoria. Y de repente... el hecatombe, la adebacle total. Gasalla haciendo publicidad al más berreta de los super y Toyos como espinaca en pascualina: de relleno al lado del gato de turno. Entonces pensé ¿si fueron tan grandes, cómo llegaron a este pùnto? ¿acaso la grandeza es un bien finito y promiscuo que se entrega al fragor del pecaminoso momento sádico - vanal, cual periodista femenina de programa nocturno de los miércoles, eh chabón? ¿cuál es el contenido de la grandeza? ¿Quiénes son grandes? ¿Para ser grande hay que tenerla grande?Mucho cavilé y casi no encontré respuesta que me satisfaga.



Pero un hecho reciente demostró que aún en este mundo pérfido queda lugar para la grandeza. No fue ningún héroe de la historia, ningún artista consagrado, ninguna revelación esotérica, tan solo un querido amigo que parece capaz de hacer vino del agua (igual que un ex vecino mío que agarraba botellas de vino les ponía agua y colorante y las vendía como vino, hasta salió en los informativos, un ladri de los de otrora). Entonces todas mis dudas tuvieron sacío. Cómo no va a existir grandeza! Y Diego M. qué, carajo! Qué explicación ha podido dar la ciencia, la lógica y todas las ramas del saber humano a los fenómenos que este individuo ha concretado. Todas las teorías psicológicas han languidecido ante la hiperactividad que D.M P.P. (mirá, ¿qué loco no?) ha desarrollado diariamente durante casi un año. No hay formulación matemática que explique cómo pudo tener promedio de seis cuando a otros con más notas apenas lograron un cinco.



ES LA GRANDEZA!!!!!. La que no se compra en la farmacia, la que viene con el paquete, la que no te regala con el Kit CTI el payaso de Camarotta!!! Así es que aún los más grandes tienen momentos de debilidad (frase que utiicé en otra instancia que prefiero no rememorar) pero siempre salen adelante. Y nuestro querido Diego M.... bueno qué más decir...



Sin más me disculpo por la extensión y lesmando el mejor deseo posible:



que el pladismo los acompañe.

sábado, noviembre 18, 2006

Ho visto Plada exonerare


Un día de Agosto de 2006, Martes o Jueves a eso de las 11 y 20 de la mañana, la profesora asistente de Procesal terminaba la clase diciendo: "para la próxima estudien, y traten de mantenerse despiertos... ¿no, Plada?" Lapidario.

Diego M. entendió el mensaje: en la clase siguiente se mantuvo con los ojos como el dos de oro para que no pudieran decirle ni mú. Pero era demasiado tarde. El hombre de la camisa a cuadros venía en picada desde Marzo y tenía muy poco margen para levantarse. Ni Jacques Cousteau había llegado tan abajo con tan poco tiempo para salir a flote. La exoneración era una misión imposible. La sentencia con el fallo "a examen el 8 de Diciembre" parecía cosa juzgada. La encrucijada era abandonar la materia o despedirse dignamente.

Tal vez inspirado por aquella máxima revolucionaria que dice que "la única lucha que se pierde es la que se abandona", el otrora eximio alumno de Maturana decidió remar hasta fin de curso y llegar al examen lo mejor posible.

En las últimas semanas de clase, cuando se anunció la lista de alumnos exonerados, el hijo de Carlos W. y Liliana estaba resignado a enfrentarse al Profesor en la mesa examinadora, pero tranquilo porque había maquillado un poco la debacle. Mixed emotions, dirían Jagger y Richards, que provocaron el susurro de un "Crónica de una muerte anunciada" por parte del ex delegado de clase del Juan 23.

A medida que pasaban los apellidos, los amigos de Diego recibían las notas del curso con una alegría que normalmente desataría la samba en pleno Salón 26, pero, por respeto, se reducía a un tímido "bien" o "vamos todavía" casi imperceptible.

Llegó Otero y después vino Puppo. Plada a examen. No. No, no, no y no. Plada siempre cae parado señores... siempre. Increíblemente, después de Puppo se escuchó Plada y el delirio fue total. Docentes y alumnos largaron sus carcajadas al unísono, un pladista de la primera hora como el armenio ramplense amagó con irse de la clase y Diego M., casi sin habla, embargado por la emoción, apenas atinó a decir "Uruguay nomá", con el puño apretado.

Fue un momento sublime. Para quienes lo vivimos, inolvidablemente histórico. Para quienes no exoneraron, principal argumento en el juicio contra Marabotto. Para los pladistas, la confirmación casi irrebatible de que su Dios es capaz de realizar milagros. Ahora cantan "Oh mamma, mamma, mamma, Oh mamma, mamma, mamma, ¿Sai perchè mi batti il cuore? Ho visto Plada exonerare! Ho visto Plada exonerare! E mammà incredibile è".

viernes, noviembre 10, 2006

500.000 pesetas a que sí, Ana!


Un pobre es un vago, un burgués sabe disfrutar la vida.
Un pobre se caga de hambre, un burgués hace dieta.
Un pobre hace huelga, un burgués hace lock out.
Un pobre es un pervertido, un burgués es un swinger.
Un pobre falta al laburo, un burgués se toma el día.
Un pobre es ladrón, un burgués es banquero.
Un pobre es un borracho, un burgués es catador
Un pobre corre, un burgués hace footing.
Un pobre es un sucio de mierda, un burgués es hippie.
Un pobre tiene un cyber, un burgués una empresa informática.
Un pobre lava dinero, un burgués representa jugadores.
Un pobre escucha cumbia, un burgués tiene un gusto musical amplio.
Un pobre es puto, un burgués es moderno.
Un pobre es menor infractor, un burgués es adolescente.
Un pobre pasa perdiendo el tiempo, un burgués sale a tomar.
Un pobre es comunista, un burgués es progresista.
Un pobre tiene un carrito, un burgués una PYME.
Un pobre se cansa, un burgués se estresa.
Un pobre es un chupasangre, un burgués es un bacán.
Un pobre es un desgraciado, un burgués no ligó en los negocios.
Un pobre es cornudo, un burgués es tolerante.
Un pobre es negro, un burgués se durmió tomando sol.
Un pobre anda en la joda, un burgués tiene inversiones en Panamá.
Un pobres es narco, un burgués tiene un boliche en la Ciudad Vieja
Un pobre es un drogadicto, un burgués tiene problemas.
Un pobre no sabe hacer nada, un burgués es un incomprendido.

sábado, noviembre 04, 2006

Pasaron treinta días y no podemos devolverle su dinero




¿¿¿¿¿Algún día podré parar de comprarlos?????

jueves, noviembre 02, 2006

Apostillas sobre la felicidad y otras yerbas


"No me ves feliz?" me preguntó alguien el otro día, esperando un sí tan rotundo como Nicolás Ezequiel.


Casi me mata cuando le dije que en realidad no sabía, que eso más bien era un tema de cada uno y que yo no podía afirmar a ciencia cierta si los demás eran felices... Este alguien siguió insistiendo en que era feliz, una y otra y otra vez, y yo seguía contestando lo mismo.


Ahora yo me pregunto: si alguien está seguro de su felicidad, anda preguntándole a todo el mundo si es feliz?? No sé, capaz que sí, pero me parece que no, que si estás feliz y lo sabés no precisás más nada, y menos preguntarle a la gente si te ve feliz, porque como enseña Scaramanzia... "la buena felicidad dicen que no se nota".