sábado, octubre 28, 2006

Si tiraba la de la doctrina francesa de Gomezá se iba todo al carajo




En este blog se critican muchas cosas, pero hoy hay que agradecer...

Sí señores, sí señoras: hoy hay que ponerse de pie y aplaudir a más no poder a todos los amigos con los que hicimos historia en el II Congreso Internacional de Derecho Privado en Punta del Este.

Historia de la que van a hablar los libros pero también historia del silenzio stampa.

Muchísimas gracias y recuerden: el del medio es el freno.

domingo, octubre 22, 2006

Mi maestra de Quinto, la fracasada


Voy a jugármela de cayetano con el nombre porque en el fondo la quiero, pero la verdad que la historia de esta mujer es para dejarla más escrachada que a Juan Carlos Blanco. Voy a dejar de lado los eufemismos y voy a decir, en pocas palabras, que mi maestra de Quinto año de escuela es una FRACASADA.

El tema empezó en Marzo de 1996, cuando en el Colegio y Liceo Pedro Poveda (de pie señores) la protagonista de este post se encontró con un alumno que pocos meses después le cambió la vida para siempre, llevándola a recorrer el infinito camino del FRACASO: Martín Fernández. El Tincho era un guacho bueno, tranquilo, mansito, de esos que no le dan problemas a nadie, pero por alguna misteriosa razón que escapa al entendimiento humano la maestra lo odiaba. Y cómo lo odiaba.

Cuando no era el pelo eran los viajes, cuando no eran los viajes era que venía sudado del recreo, cuando no era que venía sudado del recreo eran los aparatos y la cajita para guardarlos... todo lo que decía, hacía o dejaba de hacer Martín le rompía las pelotas y mucho a la maestra, que durante todo el año intentó que el Tincho le hiciera caso y, como era obvio, FRACASÓ. FRACASÓ porque Martín no se cortó nunca el pelo. FRACASÓ porque Martín se fue de viaje tres veces en el año. FRACASÓ porque Martín volvió sudado de todos los recreos. FRACASÓ porque los aparatos y la cajita los tuvo varios años más. FRACASÓ y feo, pero por lo menos solo sabía la gente de la escuela, cosa que no pasó con el segundo y el tercer FRACASO.

Todavía se sentían los efectos del primer FRACASO que yo le conocí a mi maestra cuando vino el segundo, que fue muchísimo peor. Siguiendo con esto de no dar muchas vueltas: Mi maestra hizo un papelón en televisión nacional. ¿Se acuerdan del programa Sote con Knorr, del hampón de Alejandro Camino? Bueno, mi maestra participó (y ya FRACASÓ), salió última (recontraFRACASÓ) y perdió en el juego de decir palabras de la familia de "pie" pero que no contengan "pie" (se podía decir "zapato" pero no "pierna", el conductor se lo aclaró y mi maestra dijo que entendió pero enseguida mandó "pierna" y perdió, nohaypalabraparaponerantesdeFRACASÓ).

Harta de ser el blanco de todas las burlas de sus alumnos y compañeros de trabajo, mi maestra decidió dedicarse a la política. "Esto me va a salir bien" pensó, pero se equivocó. Nuevamente FRACASÓ, porque ayer se presentó a las elecciones del barrio para ser Concejal Vecinal y no la votó nadie. FRACASÓ, FRACASÓ, FRACASÓ Y FRACASÓ. Y Martín todavía tiene la caja de los aparatos.