lunes, agosto 01, 2005

Cuando sea grande quiero ser como él

Desde estas páginas he criticado, en reiteradas oportunidades, a diversos integrantes de la farándula local. En momentos marcados por la cartesiana duda radical, llegué incluso a cuestionar la propia existencia de la misma, esgrimiendo argumentos del más diverso tipo, que no vienen al caso en este artículo.

Más allá de si corresponde o no hablar de “farándula uruguaya”, a los efectos de este trabajo responderé afirmativamente ante la mencionada disyuntiva, para poder homenajear, reverenciar, saludar, idolatrar, dedicar una loa y, por qué no, entronizar a quien es, sin lugar a dudas, el personaje más probo y de conducta intachable en la televisión nacional.

Me refiero al hombre que, al pasear su innegable condición de empedernido galán maduro y referente indiscutido para las generaciones más jóvenes por los estudios del Canal que otrora vio brillar a grandes de la pantalla chica como Alejandro Camino, no hace más que provocar en los televidentes el sentimiento de profunda admiración hacia su persona.

El lector atento ya habrá descubierto el nombre del showman cuya trayectoria intento humildemente homenajear con estas líneas, pero de todas formas me siento impelido, por considerarme discípulo de este gran hombre y mejor persona, a revelar su nombre.

Antes de comunicar al incauto lector la identidad de quien es un guía, un mentor para tantos y tantos televidentes, me pongo de pie frente a mi escrito que, demás está decirlo, descansa empapado en lágrimas que brotan de mis ojos casi tan rápido (pero nunca de igual manera) como la creatividad y el virtuosismo emanan de este inigualable ser.

Sí señor, sí señora; me estoy refiriendo a Jorge “Cesaro” Bazzano.

Desde su lugar de panelista del bizarro programa Adán y Eva, el popular “Bazza” demuestra tener más cancha que el Maracaná y el Morumbí juntos, derrochando calle en cada palabra que emite, transpirando boliche con cada intervención que realiza parado detrás de su atrio y al lado de Franklin Rodríguez, el metrosexual más famoso del ambiente teatral, de acuerdo con la sagaz e irrefutable visión del Señor Off.

Su ingreso al “plató del programa”, como denominaba al estudio televisivo el inefable conductor del ciclo español ¿Qué apostamos?, Ramonchu García, es acompañado de incesantes aplausos, a los que Jorge contesta como sólo los grandes saben hacerlo: llevando su puño cerrado al corazón un par de veces, señalando a sus fieles seguidores en retribución por lo que le hemos brindado durante todos estos años, para luego fundirse con nosotros en un imaginario abrazo del que todo el país debería ser parte. Nadie puede poner en tela de juicio la hombría de bien de Bazzano, su eterna devoción a los fans, demostrada cotidianamente en actos como los que acaban de ser narrados.

Durante el desarrollo de Adán y Eva, el injustamente apodado “Cesaro” destaca por sus peleas con una de las crotas de mayor permanencia en el Canal de Lorenzo Carnelli 1234, Graciela Rodríguez. Es innecesario decir que esta triste payasa jamás ha podido contrarrestar los fundamentos de las opiniones de nuestro gurú, ni siquiera con la ayuda de la brasileña ¿? Gabriela Cardozo (respecto del origen macaco de esta total desconocida participante del programa, hay doctrinos de gran autoridad que afirman que el mismo es falso, situando su real lugar de nacimiento en la encrucijada de las calles Julián Laguna y Carlos María Ramírez, a escasas cuadras de la cancha de Liverpool, en el popular barrio montevideano de Belvedere. Al parecer, Gabriela fue fruto de la decisión del cuidacoches de la zona, que aquella tarde cobró sus servicios en “especies” a una cliente muy parecida, de acuerdo con la versión de testigos presenciales de los hechos, a José Luis Gozalo, el representante del finado cantante cuartetero cordobés, Rodrigo Bueno).

El protagonismo de quien a esta altura debería ser galardonado con el más alto honor de parte de las autoridades del gobierno nacional no se circunscribe a las hilarantes discusiones con sus colegas del panel de enfrente. Su intercambio de acusaciones con el invitado Jorge Carlos Piñeyrua en uno de los tantos excelentes programas que arrojó Adán y Eva, también quedó grabado a fuego en mi memoria. Ante la acusación proferida por el popular “Piñe” de que su homónimo “cerraba todos los boliches de la ciudad”, proveyendo de dinero a quien lo necesitara bajo el pretexto de que “si es por guita no hay problema”, Bazzano contestó con una exquisita mezcla de la calidad de Pedro Catalino Pedrucci y la firmeza de Heber Silva Cantera, sentenciando: “Nada más lejos de la verdad”. Sin palabras. Genio. Figura. Maestro.

Jorge “Cesaro” Bazzano es una de las pocas personas que me hacen sentir orgulloso de ser uruguayo. Vaya para él este merecido homenaje.

1 Comments:

At 3/8/05 21:27, Anonymous Anónimo said...

No podría estar más de acuerdo con el merecido homenaje a una de las pocas personas que pueden llamarse "maestro". Que alguien piense diferente sobre este tema es tan improbable como que nieve en enero. De hecho sería muy bueno que todos veamos el programa "Adán y Eva" y paremos la oreja cuando habla el "amigo de todos los mozos de la ciudad". Otra forma de mostrarle nuestro apoyo es enviarle cartas al canal que tiene sede en Lorenzo Carnelli 12345 para pedir que le dé a Bazano un programa propio de dos a tres horas. Este programa podría ser en vivo y, por qué no, desde un boliche (ámbito natural del profesor Bazano).

 

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