martes, noviembre 02, 2004

Las viejas de mierda

A Fabián y al Gordo Miguel.
Durante un acto político de uno de los candidatos a la Presidencia de nuestro país al cual tuve la oportunidad de concurrir hace algunos días, experimenté la dicha de profundizar mi conocimiento respecto de la conducta de un grupo social que los demás seres humanos bautizamos como "viejas de mierda".

En un país como el nuestro, los integrantes de esta fracción social pululan por las calles de las ciudades sin ningún tipo de verguenza o arrepentimiento por sus actos que, desde la ruina de nuestra infancia hasta la condena diaria a todo tipo de calamidades, hacen alarde de su creeencia milenaria en cuanto a la posesión de privilegios o atribuciones especiales por el solo hecho de haber nacido en los tiempos de Batlle y Ordóñez y Aparicio Saravia.

Estos personajes son los que inician los rumores en el barrio, los que no te dejaban jugar al fútbol en la calle cuando eras chico, los que te mandaban en cana por jugar al ring raje, los que te pinchaban la pelota cuando caía en terrenos de su propiedad, los que decidían baldear la vereda cuando se juntaba toda la cuadra a jugar casas contra Edificio, los que llamaban a la Intendencia cuando el esfuerzo colectivo de los infantes se había reflejado en la materialización del sueño de la construcción de la casa del árbol, los que le contaban a la panadera si te veían robándole un bizcocho, los que inventan que la hija del médico anda a los besos con el panadero casado a la vuelta de lo del zapatero, los que sostienen que el 90% de los individuos que tienen un cuarto de su edad consumen sustancias alucinógenas, los que creen que tenés que dejarlos pasar primero en el ómnibus, los que piensan que te tenés que levantar de tu asiento si ellos están parados en el bondi y si no lo hacés te miran con cara de culo... y la lista es eterna.

El otro día, una de estas viejas de mierda se había convencido de que todos los males del acto político eran culpa de quien escribe este artículo. Ante una avalancha de trescientas (300) personas que empujaban despavoridas con el objetivo de abandonar el lugar, movimiento que se extendía por una (1) cuadra, esta vieja crota se dirigió a mí en los siguientes términos: "Mhijo si con esa altura me empujás...". No solo quedé sorprendido por la incapacidad mental de esta vieja de mierda, sino que me exaspero que no terminara la frase y que pensara que yo podía ser su hijo. La miré y le dije "Doña, ¿no ve que hay trescientas (300) personas atrás mío empujando? ¿Ud. razonablemente cree que yo la estoy empujando adrede?" La pelotuda me miró y me dedicó un suspiro típico de vieja de mierda, a lo que su propia hija contestó: "¿Mamá no ves que está todo el mundo empujando?"

Acto seguido, la vieja se desesperó totalmente, los efectos de una menopausia prolongada por 30 años se le subieron a la cabeza y empezó a gritar como lo que es, una vieja de mierda, lo siguiente: "SAQUEN LAS VALLAS CARAJO, SAQUEN LAS VALLAS!!!". El encargado de seguridad del acto, conocedor del comportamiento de estos seres despreciables, me miró con una sonrisa cómplice y se hizo el desentendido.

Por si fuera poco, a escasos centímetros aparece otra vieja de mierda que a los empujones pretendía pasar, y me mira y me ordena lo siguiente: "DEJAME PASAR, ¿no ves que tengo un nene?" Esto sí que colmó mi paciencia, no podía ser tan enferma esta mina para decirme eso cuando habían miles de personas alrededor, o sea el hecho de que yo la dejara pasar no la iba a ayudar en nada, y que tuviera un nene era totalmente irrelevante, en efecto tendría que agradecerle al mundo la existencia de un ser humano tan abominable que haya sido capaz de tener relaciones con ella, y tal vez esa era la causa que movía a esta crota a vociferar a los cuatro vientos que tenía un nene. Parecía un acto de Talamás, llegué a pensar que me había equivocado de manifestación de júbilo político. La miré y le dije: "Ah no, ¿hay trescientas mil (300.000) personas acá y me decís justo a mí? Pará, pará que te ayudo... CHEEEEEE, CHEEEEEEE, MUEVANSE QUE LA PELOTUDA TIENE UN NENE, TIENE UN NENE!!!!! dejame de joder...".

Di vuelta la cara y seguí en la mía, tratando de salir de ese tumulto ordenadamente, sin chistar, no como estas viejas de mierda que no sé qué carajo se piensan de la vida... y comprobé que mi teoría acerca de la nefasta influencia de los gordos en la sociedad era errónea, la verdadera razón de nuestros males no está en quienes tienen sobrepeso, sino en las viejas de mierda. Mis disculpas a los gordos por la concepción de la sociedad que tuve el año pasado, le erré y feo.

1 Comments:

At 10/12/07 18:42, Anonymous Anónimo said...

Jajajajaja, muy bueno tu articulo, de acuerdo con lo que decis de las "viejas de mierda".
Jamal Cohen
Editor jefe del noticiero bizarro.
http://noticierobizarro.blogspot.com

 

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